¿CÓMO INCREMENTAR LA FELICIDAD DE LAS PERSONAS QUE TRABAJAN EN LAS EMPRESAS, RELAJARNOS UN POCO Y CREAR LA CULTURA ADECUADA AL ENTORNO ACTUAL?

Un post de Linkedin de hace pocos días me dio la idea para desarrollar este artículo. Decía:

“Felices los que saben reírse de si mismos porque nunca terminarán de divertirse”

Es una gran verdad y sólo, cuando uno la asume entiende que todo esto va de “divertirse” o de “seguir bailando” o “vivir el momento”……..o “de escribir un blog por afición”…….entonces,…….¿porque aún observo mucha confusión, desgaste, desconcierto y descontento, en gran parte de las personas que trabajan en muchas empresas y a todos los niveles jerárquicos?. Está claro que la famosa volatilidad, incertidumbre, ambigüedad y complejidad del entorno no ayuda nada a ello. Estamos aún con la resaca de la pandemia, no sabiendo si vamos a volver con los “rebrotes” o no, seguimos con escenarios globales complejos, economías discontinuas, ayudas que no llegan, etc, etc…. Bajo nuestro punto de vista, todo esto no ayuda a aprovechar el momento paradigmático de cambio y de infinidad de oportunidades existentes, para trabajar algo tan básico y fundamental, pero no por ello, plenamente instaurado, como es el tener empleados y personas felices y contentas con sus trabajos, que saben relajarse, divertirse, disfrutar y estar contentos porque cada día aprenden cosas nuevas y están orgullosos de trabajar donde trabajan.

Lo primero sería preguntarnos porque esta idea de la felicidad de las personas ahora parece que es tan importante, cuando a nadie le ha preocupado demasiado, en los últimos 50 años….. y aquí se nos ocurren varias respuestas;

¿CÓMO ACELERAR LA CONSTRUCCIÓN DE “ORGANIZACIONES FELICES y SALUDABLES”?

Está claro que hay un tema generacional. Los “baby boomers” nos educaron en la competitividad y el éxito. Pero los “milenials”, los Zs, o los Xs, ya son otra historia. Valores distintos, prioridades diferentes, culturas alternativas…..está claro que son los que más tiran ahora y, por tanto, es lógico que reclamen sus intereses prioritarios: divertirse trabajando, tener buen ambiente, teletrabajar, flexibilidad laboral, etc, etc….

Claro, esto genera un efecto mimético en las generaciones más veteranas y aquellos, pocos ya, que aún tienen un buen puesto de trabajo, también esgrimen argumentos similares. Es lógico. Pero mi consejo es que no se quejen mucho, porque aunque tengan el mismo derecho a pedir felicidad, sus empleadores serán menos pacientes con ellos que con los anteriores. Además, la identidad de estas generaciones más senior está muy ligada a la cultura del trabajo duro y exigente. Vivieron la precariedad de sus antecesores y, lógicamente, tenían que superarla. Por tanto, no están para “jueguecitos”

Otro tema que, a mi parecer, confluye aquí, son las consecuencias de la pandemia. Todo el mundo se ha dado cuenta de cosas que antes ni nos enterábamos.¿Para qué competir y trabajar tanto y con tanta tensión si, en un santiamén, viene un virus y te elimina de la ecuación? Entonces todos nos empezamos a plantear qué hacemos con nuestras vidas, que mejor relajarnos y que mejor nos dediquemos un poco a mejorar el entorno.

Pero, además, ya es público y notorio que una de los sectores económicos que más crece es el del ocio y descanso, el S.XXI será el siglo en el que dedicaremos mucho más tiempo a disfrutar de nuestro tiempo libre, cuidar nuestra salud física y mental y de las formas más innovadoras, variopintas, tecnológicas y digitales posibles.

Hay un último argumento incuestionable y es que, como decía, George Bernard Shaw:

“No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar”

El que se lo quiera aplicar que lo haga, el que no, que siga trabajando sin tenerlo en cuenta.

Bromas y citas filosóficas a parte, por todo esto, parece lógico que las empresas deban intentar ayudar un poco a que esta idea, cada vez más extendida, de preocuparse por la felicidad de las personas, ya ha dejado de ser un tópico individual, subjetivo e intransferible, para pasar a ser algo social, público y mayoritario. Desde este punto de vista, me parece que las empresas pueden aportar un poquito más de lo que aportan o, al menos, me parece que aún son demasiado pocas las que realmente han tomado consciencia de esta necesidad.

Fijada la necesidad, vamos a dar algunas pocas sugerencias para pasar de tener entornos y culturas desgastantes a generar culturas atractivas y enriquecedoras.

¿ES IMPORTANTE ALINEAR LA CULTURA Y LOS “SOFT SKILLS” DE LAS PERSONAS QUE TRABAJAN EN LA EMPRESA?

En primer lugar, y como siempre, los empresarios, directivos, managers, etc, etc….deben tomar consciencia de que crear cultura atractiva, que ofrezca más cosas que sólo un trabajo y un salario, es crítico. Si toman consciencia de eso, captarán y retendrán talento fácilmente, si no, perderán y carecerán del mismo, continuamente. Para ofrecer más cosas hay que planificarlas e invertir en ellas.

Ya sabemos, porque continuamente hablamos de ello, que ofrecer flexibilidad laboral, autonomía funcional, oportunidades continuas de crecimiento y aprendizaje, generar un sentido de pertenencia y un orgullo de propósito, un ambiente distendido y de equipos multidisciplinares,  etc, etc…. son los objetivos a fijar para poder captar y retener este talento. Insisto que no sólo vale con el puesto y el salario.

Tomar consciencia de esto implica invertir tiempo en planificar formas innovadoras y distintas de seleccionar e incorporar personal, planificar formas innovadoras y creativas de formar y desarrollar al personal, planificar formas diferentes y alternativas de implicar y comprometer. Personalizar, tanto como sea posible, la gestión de las personas.

Ser consciente de esto, supone, tener la empatía y la capacidad de escucha suficiente como para atender a lo que “está pasando” en el día a día de la empresa, más allá de si se consiguen las ventas, la productividad o se reducen los costes. Todo esto también, pero en paralelo a todo lo demás. Hoy día, ya no es posible una cosa sin la otra, porque las dos van unidas.

Esta innovación y personalización continua en la gestión de la organización debe incluir algo tan importante como el juego y la gamificación, porque éste despierta nuestros pensamientos positivos, nos ayuda a desinhibirnos, a comunicarnos mejor y relajarnos, a entrenar nuestras habilidades de gestión y a salir de nuestras zonas de comodidad. El juego nos hace competitivos y creativos de forma positiva y eso es lo que necesita la empresa para progresar. Por eso es tan importante.

EL PODER DEL JUEGO Y LA GAMIFICACIÓN PARA CONSEGUIR MOTIVACIÓN Y CAMBIO

Por tanto, no podemos perder de vista el aforismo de Bernard Shaw, el juego es una herramienta importante de todo esto para ayudarnos a hacer esta gestión del cambio. Y hasta que los empresarios y directivos no lo entiendan así, y lo introduzcan como herramienta habitual, seguiremos teniendo lo que tenemos y las empresas se seguirán adaptando tan lentamente como siempre.

Sólo jugando de forma distendida, relajada y positiva, con nuestros compañeros de trabajo, nos reiremos, de ellos y de nosotros mismos, nunca terminaremos de divertirnos, viviremos el momento, seguiremos bailando…..y………, seremos felices. Y entonces, como por arte de magia, la empresa también funcionará mejor.