¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE DESARROLLARME COMO UNA PERSONA ASERTIVA o “GENERADORA DE COMODIDAD” Y CÓMO HACERLO EN EL PANORAMA ACTUAL?

En nuestro último artículo identificábamos el nuevo paradigma conceptual en que se encuentran hoy en día las empresas como las 5C´s (“Challenge”, “Coopetition”, “Commitment”, “Creativity” & “Combination”).

Este es un panorama al que, estamos convencidos, las empresas que no estén buscando formas para integrarse rápidamente, son futuros proyectos fracasados.

¿QUÉ SON LAS 5Cs Y POR QUÉ LOS “SOFTSKILLS” ME AYUDAN A CONSEGUIRLAS?

La pregunta es, ¿cómo vamos a conseguir desarrollar las 5Cs si no nos convertimos en personas extremadamente asertivas, que tienen unas habilidades comunicativas excelentes?

Empecemos por definir la asertividad; ésta es la habilidad social y comunicativa más equilibrada que conocemos, es aquella que se encuentra en el punto medio entre la pasividad y la agresividad. Muchas veces pensamos que ser asertivo significa ser firme, contundente e inflexible. Pues no es sólo eso, sino que es algo más sofisticado.  Así como el agresivo no suele escuchar, suele querer imponer su punto de vista siempre y no suele apreciar a los demás, el pasivo tiende a todo lo contrario, le gusta agradar a todos, complacer y suele dejar la responsabilidad en manos ajenas. Pues bien, al asertivo le gusta escuchar a los demás y expresar su punto de vista clara y honestamente. La asertividad, por tanto, es comunicación equilibrada, es expresar los propios pensamientos y sentimientos de forma honesta, directa y correcta, respetando, en paralelo, los pensamientos y sentimiento de los demás.

Una vez definido el concepto, no nos hagamos trampas al solitario. Ya sabemos que nadie es 100% asertivo y que todos tenemos nuestros momentos de agresividad o de pasividad y que todos, en distintas circunstancias podemos oscilar en esta tríada de conductas. Pero es curioso comprobar, y aquí estaremos de acuerdo, en que siempre encontramos personas con las que nos sentimos más a gusto y que nos hacen sentir más cómodas. Por tanto, se trata de saber “entrenarse” para ser personas que se acerquen más a este perfil de “generadores de comodidad”.

Hace algunos artículos ya hablábamos de la dificultad de convertirse en excelentes comunicadores, pero también hablábamos de la necesidad de hacerlo en nuestro entorno actual;

¿¿POR QUÉ ES MUY DIFÍCIL SER UN EXCELENTE COMUNICADOR Y CÓMO ASEGURARNOS QUE TENEMOS LAS HABILIDADES NECESARIAS?.

Queda claro, por tanto, que los tiempos actuales y los entornos reinantes exigen mucho más de todos, es imposible tener una actitud de colaboración con los demás, de compromiso con nuestras responsabilidades, de colaboración competitiva con nuestros proyectos y de iniciativa, visión de futuro y anticipación, sin tener una conducta altamente asertiva. Todos estas premisas requieren convertirse en alguien empático, comunicativo, amable, tolerante y honesto y todas estas características configuran al asertivo.

De nuevo, sin embargo, el reto puede parecer mayúsculo. Coincidiremos en que en las empresas o en cualquier organización laboral, aún quedan más residuos de agresividad y de pasividad que los deseados. La agresividad genera réplicas no asertivas, sea porque la persona agredida reacciona o sea porque simplemente ignora la agresión (típico “quemado”). Quien crea que esto ya no existe en el mundo actual se equivoca. Quizás queda en menor medida, pero aún hay;

¿O es que nadie ha tenido un jefe que no escucha nuestros argumentos y sigue rígidamente con los suyos?

Hace muchas semanas ya rechazábamos el miedo como forma de dirección y estilo de liderazgo y reflexionábamos hasta qué punto se utiliza como forma de manipulación y presión. Concluíamos que no es lo habitual, pero también constatábamos que una gran herramienta de mejora era la “autoevaluación” y el “assessment” continuo de las propias conductas, para eliminar cualquier residuo en nosotros mismos y detectar cualquier intento en los demás.

¿LIDERAR Y DIRIGIR DESDE “EL MIEDO o SUS SUCEDÁNEOS” ES VÁLIDO EN EL SS.XXI?

El título de nuestro artículo, ya lo decíamos entonces, era deliberadamente provocador para concluir lo que nos interesaba concluir.. En el caso concreto de la asertividad, por tanto, los buenos hábitos de conducta a “autoevaluar” son:

Para empezar, detectar de forma rápida la manipulación y esquivarla hábilmente. No dejar que nos impongan órdenes, si éstas van en contra de nuestros principios, deseos o criterios. Si van en contra de estos aspectos nuestro consejo es luchar siempre, para corregir las decisiones erróneas y transformarlas en decisiones coherentes. La jerarquía pierde la razón cuando no sabe como ejercer la autoridad. No caigamos, no obstante, en el error de confundir esto con la insubordinación constante o la rebelión continua, por el mero hecho de llevar la contraria. De ahí la necesidad de autoevaluación y mejora continua. Nada nos otorga la verdad absoluta siempre ni en todas las situaciones, pero no podemos permitir que nadie nos convenza de una verdad interesada ni de una realidad distorsionada. Cierto es que hay personas con una sensibilidad extrema, pero nadie debería sufrir negativas continuadas ni humillaciones que le generen estrés o ansiedad. La asertividad es la coraza contra todo esto y es una clara actitud hacia el éxito.

En segundo lugar, igual como no podemos dejar que los demás nos manipulen ni impongan, nosotros debemos aprender a comunicar nuestro punto de vista, sin imponerlo a nadie y respetando siempre a todo el mundo.  Ser asertivo significa ser abierto para expresar nuestros pensamientos, deseos y sentimientos libremente y, a la vez, animar a los demás a que también se expresen de esta forma. Escuchar las opiniones y consejos de los demás es bueno, porque nos ayuda a aprender, porque nos “regalan” experiencias de forma gratuita. Si los consejos son válidos para nosotros, los aceptamos y, si no, los rechazamos delicada y amablemente. Así nunca ofenderemos a nadie.

En tercer lugar, debemos aceptar las responsabilidades que nos confieren con facilidad, porque ello significa no ser conformista, ello significa poder disfrutar de nuevas experiencias y alternativas, que ayudan a mejorar nuestra vida profesional y personal. Y, en consecuencia, nos acerca más a la felicidad, que es lo que teóricamente nos interesa.

Finalmente, ser asertivo implica saber delegar de forma eficaz, si tienes una posición jerárquica, o saber colaborar y sacar lo mejor de las personas, cuando actuamos transversalmente. Sea una situación o la otra, el asertivo, transmite positividad, felicita regularmente a los demás por lo que hacen y lo que aportan. El asertivo es autoreferencial, no tiene problemas en admitir sus errores o en disculparse cuando se equivoca.

Dominando estas cuatro conductas nos acercaremos mucho más al deseado y buscado paradigma de las 5Cs, característico de nuestro panorama actual.

 

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