¿QUÉ RELACIÓN TIENEN LA GESTIÓN DEL RIESGO EN LAS EMPRESAS Y LOS “SOFT SKILLS”?

Es común y globalmente aceptado que, más allá de la reciente pandemia, el entorno VUCA y las grandes incertidumbres económicas que nos rodean en nuestros tiempos, las crisis y los imprevistos serán cada vez más frecuentes en el futuro. Podemos citar innumerables ejemplos para esta afirmación;

Por ejemplo, los riesgos geopolíticos mundiales o la variabilidad de los precios de compra y las dificultades o complejidad de la gestión logística en países asiáticos, que nos hacen cuestionar continuamente las bondades de lo que no hace tanto era algo incuestionable como la Globalización. O, por ejemplo, y más cercano, la certeza que, aunque la Revolución Digital mejora la oferta de datos o el nivel de conectividad, que nos ayudan a acelerar la toma de decisiones bien fundamentada, en paralelo, también nos genera riesgos de seguridad y/o confidencialidad de la información. Recuperando el tema de la pandemia, nos recuerda los riesgos a los que está expuesta la salud también con los cambios climáticos, los desastres naturales, etc, etc…son cada vez más frecuentes y continuos. En fin, los ejemplos de los riesgos que nos rodean y embargan son tantos, que podríamos llenar folios y folios enumerándolos.

Es obvio que las expectativas de los clientes, se sitúan en un nivel cada vez más exigente que, si lo extendemos al ámbito social laboral, también la responsabilidad, la ética de las empresas, los niveles de transparencia, son factores de los que nunca nos habíamos preocupado demasiado (lamentablemente) y que ahora no sólo no podemos perder de vista sino que tenemos que gestionar y transmitir en positivo continuamente.

Más presión, más exigencia, más expectativas…..en realidad, esto es el famoso entorno VUCA. Todo ello hace que el RIESGO, en mayúsculas, sea más elevado y continuo. Lo que nos lleva, obviamente, a la necesidad de gestionarlo y anticiparlo, en la medida de lo posible. Y aquí, podríamos empezar a preguntarnos;

  • ¿Qué hacemos o hacemos lo suficiente para detectar los riegos?
  • ¿Tenemos claras nuestras debilidades organizativas y de gestión, que pueden derivar fácilmente en riesgos?
  • ¿Estamos bien preparados para responder ágilmente a los riesgos?
  • ¿Hacemos algo para anticiparnos y prevenir los riesgos?
  • ¿Qué nivel de riesgo, estamos preparados para asumir?
  • ¿Debemos implantar un sistema de gestión de riesgos e invertir mucho tiempo en analizarlos y establecer planes de prevención? ¿Para todo tipo de riesgo y cualquier nivel de riesgo?
  • ¿Qué hacemos o hacemos lo suficiente para minimizarlos?
  • ¿Qué hacemos cuando un riesgo ya nos ha superado y la situación se ha escapado de nuestro control? ¿Tenemos Planes de Contingencia preparados?
  • ¿Tenemos una Cultura empresarial resiliente que nos ayuda continuamente a superar los riesgos con facilidad?

Y así podríamos seguir cuestionándonos todos estos aspectos sobre el riesgo añadido de nuestros negocios pero, como siempre, lo que nos interesa son las soluciones y qué podemos hacer para responder todos estos interrogantes sobre todo, desde la óptica que a nosotros nos interesa, que son las competencias y habilidades de gestión o “soft skills”.

Desde nuestro punto de vista lo que mejor responde a mejor respuesta da a esta realidad actual son las habilidades de las personas bien desarrolladas. Claro, es evidente que, si hacemos este enfoque de percepción del riesgo, lo primero que debemos hacer es preocuparnos por ellos y “ocuparnos” de auditar y analizar continuamente por donde pueden venir. Del conocimiento de los riesgos potenciales que tengamos nos permitirá establecer prioridades que, lógicamente, deben estar alineadas con nuestros Objetivos Estratégicos y ser coherentes, con nuestros recursos y Organización. Si establecemos esta metodología continua de autoconocimiento de nuestros riesgos empresariales, los pasos siguientes no son difíciles porque son los que no paramos de recordar casi en todos nuestros artículos, desde distintos puntos de vista. A saber;

Establecer una cultura de trabajo en equipo, colaboración, coordinación, alineación de la acción y la decisión, romper barreras departamentales, buscar visión global y holística. Desarrollar, en definitiva la capacidad de tomar decisiones a lo largo y ancho de la organización.

A continuación, aprovechar el valor de los Datos y la Analítica. Aprender a ver más allá de lo que un Indicador o un KPI me dice, para saber compararlo, ponerlo en contexto, establecer uno nuevo porque el que tengo no me termina de resolver lo que necesito resolver…..en definitiva, estar en la cultura digital de análisis de la información y resolución de problemas complejos, junto a la creatividad y capacidad de innovación de situaciones y lo que a veces parecen barreras insalvables.

Los siguientes “soft skills” que debemos poner en marcha y que nos ayudan a gestionar definitivamente los riesgos y a crear una cultura de gestión de los mismos parecen obvios; fomentar el compromiso de las personas, su salud mental y física, su visión global, su resiliencia y tolerancia a la frustración, su apertura al cambio y a nuevos aprendizajes continuos, etc, etc….

En fin, si aún no hemos dado suficientes argumentos para establecer la relación y la importancia entre, cómo afrontar riesgos y los “soft skills”, baste decir que, las empresas son organismos vivos, constituidos por conjuntos de personas que las configuran y que, como ellas, nacen, viven, sienten, se reproducen, y, finalmente, mueren. Por tanto,

¿No es lógico que si los riesgos son uno de los aspectos sobre los que tengamos que prestar mayor atención a día de hoy, lo hagamos a través de nuestras habilidades y capacidades personales? Y, la pregunta siguiente ya me parece repetitiva hasta a mi mismo: ¿por tanto, no tendremos que ocuparnos cada día un ratito de desarrollar dichas habilidades y capacidades?

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