De la misma forma que necesitamos construir CONSENSOS sobre lo que es prioritario en las organizaciones para tener éxito en los Cambios y Transformaciones, tal y como ponderábamos en nuestro artículo de la semana pasada, también necesitamos desarrollar los “soft skills” para alinear la Estrategia de la misma, incrementando nuestra capacidad organizativa. Hay varias afirmaciones a constatar para justificar la premisa de nuestro artículo;
En primer lugar, es evidente que mejorar el “talento” (“soft y hard skills”) da mayor capacidad organizativa. Si tenemos una plantilla más formada, en todos los sentidos, es evidente que reaccionarán mejor al cambio, organizarán mejor las necesidades y se anticiparán a las soluciones. Son obviedades, reconocidas, sin embargo, se sigue ponderando mucho más a los “hard skills” que a los “soft skills”, cuando estos segundos son los que realmente marcan la diferencia.
Otro argumento claro es que si nuestro talento es mayor, nuestra capacidad de gestionar datos e información también es mayor. De nuevo aquí, es claro la importancia de los “hard”, pero realmente son los “soft” los que vuelven a marcar la diferencia, pues las organizaciones con gente muy formada (“hard”) son buenos analistas y comprenden mejor las necesidades, pero, si además son flexibles, innovadores, creativos, resilientes….(“soft”), serán buenos implantadores, ejecutivos y dinamizadores del cambio.
Finalmente es obvio que, mayor capacidad de gestionar datos e información es mayor capacidad estratégica. Y la capacidad estratégica es la capacidad de anticiparse, de predecir y proyectar mejor y, en definitiva, de garantizar la sostenibilidad de los negocios y por tanto, de la economía de la empresa. Además, sabemos que es éste uno de los factores diferenciales que todas las Compañías, y especialmente las excelentes, deberán dominar para navegar en la “nueva normalidad”.
Bajo nuestro punto de vista, por tanto, si las Compañías desarrollan y se enfocan a los “soft skills”, están garantizando su supervivencia, su capacidad de desarrollo futuro y de continuar generando riqueza y trabajo. Por el contrario, ya conocemos los riesgos de no hacer este trabajo bien hecho. La imagen de la derecha es muy ilustrativa. La cultura termina comiéndose la Estrategia y la sostenibilidad de la Compañía peligra.
¿No son éstos suficientes argumentos para poner el desarrollo de “soft skills” como lo primero en la lista de prioridades, a la vuelta de verano?