En artículos anteriores ponderamos la importancia de definir CÓMO MEJORAR EL RENDIMIENTO DE LA GESTIÓN e incentivar las conductas generadas por los “soft skills” no tiene porque ser abstracto ni extraño. De hecho, traducir el CÓMO en datos, seguimiento, registros e indicadores permitirá a colaboradores y managers tener objetivos de mejora concretos y conductas sobre las que trabajar, mejorando su rendimiento y, en consecuencia, los resultados del negocio, en paralelo.
Sabemos que Observar, Evaluar, Medir, Parametrizar, Estandarizar, Registrar, etc, etc….son acciones que no cuestionamos en absoluto cuando hablamos de Indicadores de Resultados de la Gestión de una Compañía.
¿Por qué, entonces, no podemos aplicar lo mismo a los “Soft Skills” y a las habilidades de gestión de cada individuo y de cada equipo de trabajo en sus tareas, funciones, procesos y proyectos?
Podemos y debemos hacerlo, en primer lugar porque ello nos ayudará a enfocarnos mejor. Nos ayudará, en primer lugar, a Inventariar los “soft skills”. Inventariar es identificar que conductas o habilidades (“soft skills”) tenemos como profesionales. A veces, ni siquiera nosotros mismos somos conscientes de determinadas habilidades que tenemos y que nos pueden ayudar a desarrollar determinadas funciones o tareas, que nunca habíamos pensado o que nuestra organización no había pensado. Es obvio que ello le otorga más flexibilidad y adaptabilidad a la organización.
Pero vamos al núcleo de lo que nos interesa: Evaluar y Medir “soft skills”.
Para Evaluar necesitamos:
- Observar conductas: para ello debemos disponer de herramientas que nos ayuden a generar actividad individual y grupal. Si hablamos de comportamiento individual: entrevistas personales, resolución de Tests psicométricos u otros, resolución de problemas….. . Si hablamos de actividades de equipo: proponer workshops específicos, asistencia a reuniones de trabajo, actividades lúdicas y de juego….y todo lo que nos permita observar formas de socializar y relacionarse.
- Definir conductas: un registro riguroso (audio, video….) de todas o parte de las actividades anteriores, debe permitirnos definir qué conductas adopta el individuo o equipo delante de determinadas pruebas, problemáticas o situaciones que, siempre tienen la exigencia de requerir unas habilidades y conductas específicas.
- Consensuar conductas: finalmente, y delante de dicho registro y de la comprensión por parte de las personas/profesionales que, mejorar algunas habilidades o hábitos es cuestión de actitud, pero también de entrenamiento y práctica, de auto-conocimiento y ambición de aprendizaje continua. Por ello necesitamos su compromiso de mejora.
Para Medir necesitamos:
- Determinar los “soft skills” a mejorar: si queremos mejorar la comunicación o nuestra habilidad de planificación, por ejemplo, será necesario consensuarlo previamente, con él/los interesados, para enfocarse a dichos “skills”. No es posible trabajar con muchos a la vez, porque, igual que el tenista se centra en entrenar su golpe de “drive”, cuando quiere mejorarlo, aquí debemos centrarnos en uno o dos, máximo.
- Objetivar los parámetros estándares a observar: debemos determinar el “ideal” o las “buenas prácticas” relacionadas con dicha conducta o habilidad (“soft skill”) y ello lo podemos hacer fácilmente, definiendo las características principales que requiere.
- Registrar el cumplimiento de dichos parámetros en cada una de nuestras actividades diarias, que exijan el/los “soft skills” a mejorar. Si no hacemos un registro diario, de nuestra conducta en aquellas actividades que nos exijan el “skill” deseado, difícilmente podremos observar una tendencia, que nos ayude a mejorar. Es el proceso de “toma de datos”.
- Determinar una pauta temporal de evaluación de dicho registro; para el análisis de nuestra tendencia. A partir del análisis de la tendencia que hemos seguido, nos daremos cuenta como vamos mejorando y, lo más importante, interiorizando los parámetros que debemos mejorar y optimizar.
