¿LA BÚSQUEDA DEL PROPÓSITO EN EL TRABAJO ES ALGO NUEVO?

Hace muchos días que vengo escuchando la importancia de encontrar el propósito en el trabajo en los foros teóricos entre los que nos movemos habitualmente los consultores pero luego, me implico totalmente en el proyecto de alguno de mis clientes y me doy cuenta que esto del propósito está muy bien, pero la realidad siguen siendo las ventas, los costes, el margen, los plazos y la calidad. Y esto en los clientes que están en segmentos menos “tocados”, si los clientes están en segmentos realmente “tocados” por los acontecimientos del último año, ya no hablan ni se preocupan de eso, sino que su foco es la pura “supervivencia”. En cualquier caso, ni en unos ni en otros, la preocupación por el propósito no la veo por ninguna parte.

Por tanto, voy a aislarme un poco de la realidad, porque el tema lo merece y me parece importante. Pero voy a tratarlo de forma un poco menos “marketiniana”. Me parece cierto que la pandemia nos ha situado a todos en un momento de reflexión y replanteamiento de nuestras vidas y nuestros trabajos.  Sea porque hemos tenido más tiempo de reflexión o porque la desgracia nos ha llevado a ésta, la mayoría hemos reevaluado cosas y esperamos más por menos. Menos porque ya sabemos que más no vamos a tener y, por tanto, tenemos que sacar más partido a menos recursos. Esto a mi no me parece propósito, sino sentido común e inteligencia.

Llevando esta idea al ámbito laboral, aquellas empresas (directivos) no que no entiendan que tienen que producir más por menos, vender más con menos, conseguir más resultados con menos, que no es nada nuevo ni original porque todos estamos en este momento, sino que no entiendan que no se puede tratar a las personas de “ignorantes” y no explicarles mucho y a mucha profundidad el “porqué” de las cosas y no sólo el “qué”, van a tener menos posibilidades de progresar y hacer progresar sus empresas.

Me parece obvio que un directivo viva y entienda el propósito en el trabajo más que un no directivo. Entre otras cosas, porque seguramente el primero ha tenido y tiene más acceso a nuevas oportunidades, más información, más experiencias y más conocimientos. Si entendemos el propósito como lo define el diccionario……

Un propósito es la intención o el ánimo por el que se realiza o se deja de realizar una acción. Se trata del objetivo que se pretende alcanzar.

Parece claro que, en general, la intención y el ánimo puede estar más extendido entre el nivel directivo que entre el no directivo. Los objetivos suelen estar más claros y, a priori, la actitud para llevarlo a cabo, también debería ser mejor. Ya se que todo esto es muy relativo y muy cuestionable, pero mi intención no es otra que poner de manifiesto que es, precisamente el directivo, quien tiene que ayudar al no directivo a construir el propósito, porque el primero, lo tenga más o menos desarrollado, siempre va a tener más oportunidades y posibilidades de tenerlo.

Si, por tanto, damos por buena esta primera idea me gustaría trasladarme a la segunda, que puede parecer tan obvia o más, pero precisamente por olvidarnos de las cosas obvias es por lo que nos cuesta tanto progresar.

Y la segunda idea no es otra que no conozco a nadie que prefiera trabajar en un entorno y un clima laboral negativo, conflictivo poco comunicativo, que en un entorno positivo, amable, agradable y constructivo. Sin embargo, encuentro muchas empresas o departamentos donde lo primero aún predomina. Otra cosa de puro sentido común, pero que, sin embargo, la realidad nos muestra que no lo es tanto. Quizás propósito en el trabajo no sea simplemente trabajar a gusto en un entorno agradable siempre y en todo momento, pero si que le quita propósito al trabajo tener conflictos, mal ambiente y mala comunicación. Podemos plantearnos, los directivos, pero también todos los demás, ¿qué he hecho hoy o en el último mes para crear buen ambiente y buena comunicación? Y quizás nos daríamos cuenta que poco o muy poco. Y luego decimos que no encontramos el propósito del trabajo. Permítanme que me sonría.

Para ayudar a los demás y ayudarnos a nosotros mismos a darle más sentido (propósito) a nuestro trabajo, es tan simple como no quitarle el sentido o perjudicarlo con mal ambiente, malas formas, presión excesiva, contradicciones e incoherencias. Le damos 10 veces más sentido al trabajo, y cualquier trabajo puede tener sentido, y cualquier trabajo requiere un rendimiento, si no le quitamos dicho sentido.

Los últimos acontecimientos han llevado a todo el mundo a reflexionar mucho más, sobre su propio trabajo y sobre otras cosas. Los que no reflexionan, ya sabemos que tienen muchas posibilidades más de no encontrar sentido, ni propósito ni nada de nada. Pero los que reflexionamos, sólo por el hecho de hacerlo ya tenemos más posibilidades de encontrarle más sentido a las cosas, volvernos más tolerantes y hacernos más resilientes.

Por tanto, como en realidad, se trata más de darle sentido a las cosas, que no de hacer grandes contribuciones, ni discursos motivadores, ni declaraciones “falsas e hipócritas”, para involucrar e involucrarnos todos más en este famoso propósito, queremos dar una receta de acción, como siempre solemos hacer, en la que cualquiera que haya llegado hasta aquí ya se habrá dado cuenta, de nuevo, que seguimos hablando de “soft skills”. Nuestra receta se divide en tres simples pasos:

1.No rompamos el clima laboral, ni el entorno de trabajo, ni lo perjudiquemos con exceso de presión, mal ambiente, mala o pobre comunicación. Si el contexto es el adecuado, podemos explicar y compartir el sentido de cualquier función, tarea, objetivo, proceso…..y podremos trabajar en equipo para mejorarlo.

2.Intentemos generar espacios de reflexión, conexión, colaboración, socialización…..donde se comparta el trabajo, pero también espacios lúdicos con juego, retos, novedades…..cosas, en definitiva, que emocionen y apelen al sentimiento y sensibilidad de las personas.

3.Ayudemos a “enfocar” a aquellos que les cuesta encontrar el sentido y el propósito de las cosas, sea por el motivo que sea. Si a día de hoy, aún hay quien piensa que hay buenos y malos recursos y que esto es así de simplificable, mejor que se dedique a cualquier cosa menos a dirigir organizaciones. Las personas son todas buenas y válidas, necesitamos que sus perfiles se ajusten lo mejor posible a sus trabajos, y darles herramientas para progresar y mejorar continuamente.

Soy consciente de que no he dicho nada nuevo. Pero es que alguien ha inventado esto del propósito, como si fuera algo nuevo, yo llevo más de 25 años buscando el “propósito” de las cosas, de todo lo que hago y que intento ayudar a los demás a buscarlo. A veces con más acierto otras con menos, a veces con más trabajo otras con menos. Ojala nos sumemos cada vez más a esta causa. Porque así, yo también tendré más trabajo y mi propósito también será más claro. Y me vuelvo a sonreír!.