En los tiempos que corren debemos desarrollar perfiles con un alto nivel de Tolerancia a la Presión, sólo de esta forma podremos mantener la calma y el optimismo. Para desarrollar dichos perfiles el primer paso es saber qué características deben tener este tipo de profesionales. Así que tiene sentido preguntarse: ¿Qué perfil tiene el profesional con alto nivel de Tolerancia a la Presión?
Estas personas suelen ser buenos gestores del tiempo y de las tareas, cumplimentando las tareas y gestionando los proyectos de forma puntual y eficaz. También evitan la queja y la reclamación teniendo una alta orientación a la productividad y a la acción, sin importarles la negatividad del entorno. Tienen gran autocontrol y capacidad de vivir el presente de forma positiva, sin pensar en consecuencias ni condicionantes, gestionan bien el stress, apartándose con facilidad de todo lo que genera conflicto y son capaces de tomar distancia y perspectiva.
Estos profesionales no tratan de controlar lo incontrolable y dedican un tiempo al ocio, las relaciones y la diversión de forma regular. En síntesis, trabajan para mejorar la confianza en ellos mismos para afrontar el cambio y la tan cacareada Nueva Normalidad; su nivel de Autoestima, Resiliencia y nivel de respuesta a Nuevos Retos es sólido y excelente.
Están convencidos de que realizarán cualquier tarea con éxito o que escogerán el enfoque adecuado ante cualquier problema, sienten que tienes sus necesidades básicas, sociales y afectivas cubiertas, sea o no así, no se comparan con los demás, ni se disculpan con frecuencia, mantienen y cultivan relaciones sanas, intereses y tiene una vida interior rica. El Nivel de Respuesta de este tipo de personas suele ser alto porque confían en sus propias posibilidades siempre, se sienten reconocidos y aceptados por los demás y, aunque son autocríticos, también identifican con facilidad las fortalezas que tienen para afrontar nuevos retos.
Es necesario entender que el entorno actual exige desarrollar algunos aspectos clave para que nuestra resiliencia sea óptima. Teniendo presentes dichos aspectos y trabajándolos mantendremos mejor nuestra calma y nuestro optimismo. Dichos aspectos son:
- Adaptar nuestro perfil funcional: la crisis actual exige más de nosotros, cuestiona la necesidad de nuestro trabajo tal y como es hoy, debemos dar mayor y mejor respuesta al mismo coste o con menos coste. La Toma de Decisiones predominante es totalmente piramidal y ello debe cambiar, la información está dispersa y el proceso de toma de decisiones debe ser coherente con ello, la delegación y la gestión del riesgo debe optimizarse de forma acelerada.
- Acelerar nuestra competencia digital: sin tecnología no se puede mejorar la experiencia del cliente, no se pueden gestionar grandes volúmenes de información, ni dar respuestas ágiles a los problemas. La atracción y dominio de “lo digital”, debe formar parte del perfil de cualquier profesional, al máximo nivel posible.
- Incrementar el nivel de transparencia de la información: para no incurrir en incoherencias en la toma de decisiones, para optimizar la visibilidad de las estructuras de costes de los trabajos y, por tanto, a la incrementar la agilidad en crear valor, resultados, nuevas oportunidades y, en definitiva, más beneficios.
- Adaptarse al aprendizaje continuo de Nuevas Conductas: pues la seguridad en la salud exige, actualmente, teletrabajo y distancia, comunicación digital y trabajo en equipo pero minimizando el contacto humano, dominar las herramientas colaborativas. Hay que entender que los trabajos repetitivos se reservan para los robots y que los humanos son trabajadores del conocimiento. Esto exige, de todos, aprendizaje diario de nuevos métodos, herramientas, enfoques, culturas, realidades,…..
- Crear entornos sostenibles y productivos en paralelo; supone, entender que el cliente está en el centro y que el cliente requiere Calidad, Costes, Servicio, Responsabilidad y Ética. Supone entender que también hay que establecer un entorno colaborativo con proveedores y colaboradores y que ello hay que hacerlo a través de operaciones medioambiental y socialmente responsables. Hay que conseguir que todas las partes interesadas (stakeholders) “remen” en la misma dirección.
Como nos recuerda R.Edward Freeman:
“es necesario cambiar la historia del business, porque todo el mundo sabe que no funciona sólo porque hace dinero, sino también porque sirve para generar trabajo, crear valor, reforzar la comunidad y obtener satisfacción”
En definitiva, los tiempos de crisis exigen más que nunca una conciliación entre la Vida Profesional y la Vida Personal individual, exigen un equilibrio ideal entre muchos factores muy complejos, como algunos de los que acabamos de enumerar y, para alcanzar estos equilibrios, desarrollar los “soft skills” continuamente, es el mejor camino.